Los drones ya rescatan personas, apagan incendios y sirven de taxis

Salvavidas, bomberos y hasta limpiadores de vidrios. El desarrollo ha llegado a niveles increíbles.

Viena, la capital de Austria, fue escenario esta semana de la primera presentación oficial en Europa de un dron que promete cambiar completamente la idea que tenemos de un taxi.

Se trata del EHang 216, un dron eléctrico de navegación automatizada y capaz de transportar a dos personas que no tienen que hacer absolutamente nada durante el vuelo, solo disfrutar del paisaje.

El aparato cuenta con una autonomía de vuelo de 35 kilómetros, alcanza una velocidad de 130 kilómetros por hora y cuesta unos 300.000 euros.

Los directivos de la compañía china que lo fabrica, EHang, y sus socios europeos, la empresa aeroespacial austríaca FACC, están convencidos de que la producción en serie abaratará los costos actuales y que en poco tiempo estará en operación.

Robert Machtlinger, presidente de FACC, lo explicó con un ejemplo muy concreto: “Desde el aeropuerto JFK de Nueva York hasta Manhattan, un trayecto en helicóptero cuesta 800 dólares, mientras que tomar un taxi vale entre 70 y 85 dólares y tarda entre una y dos horas, según el tráfico”. Pues bien, el objetivo –dijo– es que ese trayecto en uno de sus taxis voladores sea “igual de rápido que un helicóptero pero cueste solo entre 50 y 85 dólares, casi lo mismo que un taxi”.

A lo que Derrick Xiong, cofundador de EHang, añadió: tras “miles de pruebas para garantizar la seguridad, y en diferentes condiciones atmosféricas”, el EHang 216 está listo para revolucionar la movilidad urbana.

Para Xiong, el mayor desafío no es la tecnología, que ya está lista, ni la regulación aérea, que puede adaptarse fácilmente a estos vehículos, sino “cambiar la mentalidad”, para que la gente perciba que volar en un dron “es seguro, barato y eficiente”.

El ministro de Transporte austríaco, Norbet Hofer, sin ocultar su entusiasmo por esta tecnología, la calificó de “limpia y eficiente”, y sostuvo que el EHang 216 es más seguro y menos ruidoso que un helicóptero, lo que ha frenado la operación de estos últimos en no pocas ciudades.

Todo el vuelo de un EHang 216 se realiza de forma autónoma, pero está supervisado por personal que interviene si hay algún problema. El corto alcance de estos vehículos se debe a la capacidad de las baterías, que se pueden recargar en una hora, pero según mejore la tecnología aumentará la capacidad para llevar más pasajeros y peso.

Y, apenas unas horas más tarde de esta presentación en Viena, en Sevilla (España), un alto directivo de Uber afirmaba que su servicio aéreo debutará con toda seguridad en el 2023.

Pero los drones se utilizan también, y cada vez más, para salvar vidas. En enero se presentó en Australia el primer recate con dron de unos bañistas que estaban en peligro de ahogarse en el mar. Dos jóvenes de 15 y 17 años que estaban en apuros recibieron un sistema de flotación de un dron que en menos de dos minutos se posó sobre ellos y les brindó este soporte vital, mientras que los socorristas lograban llegar hasta ellos de forma segura. Ciudades costeras de todo el mundo adquieren drones como el utilizado en Australia (hay varios fabricantes) por gran su eficacia para salvar las vidas de los bañistas que visitan sus playas.

Y, aún más, en el reciente Mobile World Congress realizado en Barcelona hubo una ‘drone zone’ en donde se presentó un dron de la empresa LTC capaz de hallar a personas perdidas en un bosque u otros terrenos gracias a una cámara infrarroja e inteligencia artificial, capaz de identificar seres humanos.

Otra firma, Airk Drones, de origen español, tiene una línea de ‘drones bomberos’ llamada FireClouds. A uno de los modelos, por ejemplo, se le puede añadir un sistema que apaga el fuego en un área de 3 metros cuadrados y puede ser dejado por el dron en un departamento en altura al que nadie puede acceder. También es capaz de acarrear frazadas o kits de emergencias y llevarlos hacia la gente que está aislada, esperando ser rescatada.

La agricultura es otro de los usos que se les da a los drones. “Se montan cámaras multiespectrales en drones que permiten hacer agricultura de precisión, al obtener datos que permiten conocer la condición del suelo y la planta al centímetro, con el objeto de aumentar la productividad”, dice Adriana Triviño, de la firma Hemav.

Esta misma firma tiene drones que pueden hacer inspecciones de los sistemas de alcantarillado y generar un mapa tridimensional del estado de estos.

La empresa LMT presentó un dron gigante, pensado para utilizarse en tareas pesadas como limpiar turbinas eólicas. Opera con un cable eléctrico, por su peso, pero se le pueden conectar tanques de agua para ayudar, por ejemplo, en otras tareas riesgosas como limpiar los vidrios de un rascacielo, cosa que hoy realizan seres humanos.

Otra arista son los drones de carrera. Ya existen varios campeonatos mundiales en la materia, con fechas en distintos países y comunidades alrededor del mundo que lo practican.

“Los mismos pilotos construyen sus drones, eligiendo las piezas que quieren. Hay planos y tutoriales en internet para hacerlo. Estos drones son controlados con lentes de realidad virtual que muestran la visión que tiene el dron para recorrer la pista y sortear los obstáculos con gran definición”, dice una fuente experta en el tema, quien agrega que en esta práctica, los jóvenes aprenden electrónica, aeromodelismo y aeronáutica.

“Es una buena oportunidad para que pasen de los videojuegos a competir al aire libre”, concluye. Y, sin duda, esto también contribuirá al desarrollo de otras aplicaciones prácticas de estos aparatos.

 

Visto en El Tiempo